A pesar de que sus últimas misiones son bastante irrelevantes, el agente secreto británico Alec Leamas no desea abandonar la clandestinidad para ocupar un despacho oficial. Su nueva misión en la Alemania Oriental parece más interesante: consiste en hacerse pasar por un desertor y para que su deserción resulte verosímil se las ingenia para desacreditarse y desacreditar a sus jefes hasta conseguir que lo expulsen de la agencia de inteligencia británica. De este modo no le resulta díficil entrar en los círculos de espionaje comunistas. Sin embargo, el agente acaba descubriendo que su misión es una simple tapadera y él un instrumento al servicio de un complot secreto.