Lord Brett Sinclair (Roger Moore), un noble muy elegante y de exquisitos modales, se ve obligado a formar equipo con Danny Wilde (Tony Curtis), paradigma del hombre que se ha hecho a sí mismo: nacido y criado en las calles del Bronx neoyorkino, llegó a ser un magnate del petróleo. Ambos se encuentran en la cárcel, pero son puestos en libertad por el juez Fulton (Lawrence Naismith) para que colaboren con él en la resolución de enrevesados casos criminales.