Alex, un científico de laboratorio que odia el trabajo de campo se encuentra a si mismo en un camión de transporte de combustible, rodeado por insectos de la arena, respirando suciedad y cruzando el desierto de Namib. Con su proyecto comprometido por falta de fondos, debe ir al lugar de las investigaciones “a estrechar lazos” para que continúe el flujo de dinero necesario. Lo que seguramente es el peor día en la vida de Alex está a punto de empeorar… Mientras él se aferraba a su asiento, se escucha un llamado por la radio: cuatro buscadores de diamantes han desaparecido en el medio del desierto. Mientras los grupos de búsqueda indagan mas profundamente, ellos descubren una masacre. Tres cuerpos, despojados de carne, esparcidos alrededor de una extrañada roca en forma de domo. ¿Uno de los exploradores se volvió loco y mató a sus compañeros para luego huir en el desierto? ¿Pero cómo se explica la falta de huellas alrededor de lo que queda de los cuerpos? La tensión se eleva esa noche cuando Alex ve una figura parada junto a los restos de los exploradores. La criatura desaparece con dificultad en la oscuridad mientras Alex despierta a los guardias preso del pánico. Lo que fuera o quien, sea se ha robado los huesos y desaparecido. Con la luz del día el grupo sigue las huellas guiándolos aun más dentro del enigma, hasta que la oscuridad desciende nuevamente en el medio del vasto y vacío desierto, y con ella una noche donde el infierno se liberará… Un film con mucho ritmo, que desarrolla una temática más que atractiva para el público en general.